Simón Bolívar, de Angostura a Boyacá

jueves, 3 de julio de 2014



Venezuela: Historia y Política
Año 2. N° 36
                                                                                            Pedro Frailán (*)


(*) frailánp@uvm.edu.ve
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“Coro, El Tocuyo, Nueva Segovia, Nueva Valencia, Nuevo Trujillo representaban ya núcleos civiles, donde tomaban fuerza la vida institucional de la  y Gobernación y Capitanía General.”.  Mario Briceño Iragorry. Patria Arriba.

 De la utopía por camino real
        Simón Bolívar, de Angostura a Boyacá
Una vez instalado el Congreso de Angostura el 15 febrero de 1819, luego a pocos días el Libertador es proclamado Presidente de Venezuela. Vuelve su mirada hacia la situación en que vivía el país, controlada por los realistas. Sólo él controlaba una región a las orillas del Orinoco, se plantea avanzar hacia Nueva Granada por la vía de los llanos de Apure de Venezuela y los llanos orientales neogranadidos para luego escalar hacia una altura superior de los cuatro mil quinientos metros  de altura.
Una tarea nada fácil, las ideas que se proponía Simón Bolívar salía en mayo con un ejército que sobre pasaba los 2.700 hombres, con él iban una campaña de junto, lo recuerda Siso Martínez como lo había bautizado José Gil Fortuol. Ya esta campaña la codician Bolívar con 36 años; Rafael Revenga, su secretario con 37 años; Carlos Soublette, Jefe del Estado mayor con 29 años; Santander en la vanguardia con 29 años y en la retaguardia, José Antonio Anzoátegui con 30 años.
Batalla de Boyacá. Pintura Martín Tovar y Tovar

La Campaña Libertadora, como se le nombra en su totalidad, duró setenta y siete días, desarrollándose en tiempo de mucha dificultad, pero para atravesar los llanos de ambas naciones estaban empantanados por ser época de lluvias, la cual provocó la presencia de enfermedades en el ejército, en especial la malaria. En la segunda parte, la escalada para poder llegar a Boyacá, recorrido que se le conoce con el nombre del Paso de los Andes, fue acompañada por una pertinaz lluvia.
En esta oportunidad los ejércitos estaban integrados por venezolanos y neogranadinos, entre ellos: blancos criollos, negros, aborígenes, mulatos y zambos, entre otros componentes de la clase social. Es bueno resaltar que en esta oportunidad contribuían con esta acción independentista la Legión Británica, que ya de una manera más clara y contundente apoyaba la independencia venezolana.
Para el 25 de julio se lleva a cabo  la Batalla del Pantano de Vargas, un triunfo previo al más transcendental. Parta el 3 de agosto en las de Tunja prepara la batalla de Boyacá, que se desarrolló el día 7 de agosto de 1819. La gran batalla del continente sur americano que marco la historia de Nueva Granada y de ahí se iniciaba las grandes batallas triunfantes de lo que hoy conocemos como los países bolivarianos.
Con el triunfo de la batalla de Boyacá se confirmaba la independencia Neogranadina. El gran Perdedor fue el General José María Barreiro, que fue atrapado avanzada la tarde cerca de un pedrero por el niño Pedro Pascasio Martínez, cuidador de los caballos del libertador junto a un soldado. Este adolecente no se dejó sobornar por unas monedas, el jefe de las tropas realistas prefirió la lealtad y sembrarse en la historia grande por la libertad de un pueblo.
Otro gran perdedor, el Virrey Juan Francisco Sámano, que se vio obligado a abandonar Santa FE de Bogotá e irse hacia Cartagena en donde no tuvo apoyo albergándose en Panamá. Mientras tanto, Bolívar el 10 de agosto llega a Bogotá, organiza el nuevo gobierno, deja como vice-presidente a Francisco de Paula Santander, un hombre audaz, sagaz y avaro. La situación en Angostura se pone difícil por las pugnas internas de Nuevo Mariño y Arismendi, habían destituido al Vice-presidente.  
Despiece.
            De regreso a  Angostura es recibido como un héroe, es el Bolívar triunfante, no sólo interno si no externo, verdaderamente es un libertador. Mientras que Mariño y Arismendi lo ven con cautela, tratan de cortejarlo y hasta lo adulan. El Libertador sólo observa, disimula, no quiere o no es el momento de sanciones, castigos, mucho menos de ejecuciones. El gran triunfo no tenía que mancharlo, ya que el camino proseguía, ahora la utopía realizable sería la Gran Colombia.
Sumario
Bolívar creía en lo que decía y escribía la frase del Manifiesto de Cartagena, en “Dios le concede la victoria a la constancia”, lo demostró en esta campaña. Nada fácil por las adversidades naturales y humanas el recorrido de Angostura hasta Boyacá y Bogotá fue una acción épica   casi que mitológica, hechos que valió que cubriera de gloria.
Referencia Bibliográfica

CAMPOS, Jorge. Bolívar. Biblioteca Salvat de Grandes Bibliografías. Barcelona. 1984



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